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Carne de cañón: la dolorosa realidad de padres que se separaron de sus hijos por grupos armados

Los niños en diferentes zonas rurales del país son vulnerables a ser reclutados con promesas de una mejor calidad de vida.

niños reclutados por las extintas guerrillas de las farc.jpg
Reclutamiento de menores por las extintas Farc
Foto: Noticias Caracol

El conflicto armado en Colombiaha dejado por más de 50 años rastros de dolor y zozobra en la población del país. Los niños terminaron siendo la principal “arma”, que los grupos armados utilizaron a favor para conseguir riquezas y nuevos militantes en sus filas.

Las zonas rurales en Colombia están expuestas a este tipo de situaciones, cuando niños son reclutados con mentiras por grupos armados que les prometen una mejor calidad de vida a cambio de su presencia en el monte.

El especial de Los Informantes de Caracol Televisión de este domingo, 25 de septiembre, relató la historia de cómo las padres familias viven soñando con algún día volver a abrazar a sus hijos con la promesa de una vida mejor.

“Los grupos armados han armado una estrategia para llevárselos, muy bien montada. Primero te enamora, luego le dan un dinero y lo confunden, luego le pintan mil maravillas. Es muy doloroso que nos quiten a nuestros hijos para la guerra”, relató Hernando Mesa, un padre que vive con la angustia de saber qué pasó con su hijo.

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Sergio, de 17 años, fue reclutado en el norte del departamento del Cauca a manos de las disidencias de las Farc. Para Mesa, su hijo fue “secuestrado”, pues es tan solo un menor de edad que se fue sin consentimiento de su hogar.

“Todas las noches el celular al lado de la cama (…) Esperando a qué hora me llamaran”, con lágrimas narró el padre destrozado.

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En el norte del Cauca durante 2021 se presentaron 272 casos de menores reclutados, mientras que en el 2022 la cifra ya se igualó y podría superarla a falta de tres meses para que se acabe el año.

Hernan Mesa no es el único que vive está situación. Milena, que se hace llamar así, perdió a su hija un año cuando tan solo tenía 14 años.

“Yo sentí alegría cuando la volvi a ver, esperando que me la dejaran llevar (…) No era la única, y todas tenían entre trece y catorce años, me dolía verlas así”, relató la madre.

Los menores siguen siendo la carne de cañón en el norte del Cauca, pues desde los doce años ya cientos de niños portan un fusil en Colombia.

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