¿Se puede bloquear el mural ‘Quién dio la orden’ en redes sociales?

Una nueva polémica se genera alrededor de los ‘falsos positivos’, esta vez por cuenta de la decisión de un juez de tutelar el derecho a la honra y el buen nombre de uno de los generales que aparece en el mural titulado ‘¿Quién dio la orden?’, elaborado por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, originalmente pintado en una calle al noroccidente de Bogotá, en el que endilgan a cinco altos oficiales, con un número sobre su cabeza, las muertes de víctimas de crímenes de estado en el sonado caso.

Marcos Evangelista Pinto, uno de los generales en el mural, finalmente ganó una tutela para proteger su derecho a la honra y el buen nombre, la cual le ordena al Movice borrar, eliminar las publicaciones tanto físicas como digitales en redes sociales y medios de comunicación, en donde aparezca el general Pinto. Habrá que ver cómo se cumple dicho ordenamiento judicial, y en apenas 48 horas, pues para nadie es un secreto que controlar la viralización y republicación de contenidos en redes sociales y plataformas digitales es, prácticamente imposible.

De hecho, desde anoche y aún esta mañana, han sido tendencia #CampañaPorLaVerdady #QuienDioLaOrden, con miles de usuarios en redes que se han dedicado a revivir la imagen del mural, en señal de protesta y de demostración de que, pese a una orden judicial, la libertad de expresión en las redes sociales tiene dinámicas propias y, a veces, incontrolables.

En el marco de este mismo caso, y nuevamente por efecto de la presión de las redes sociales, se hizo viral la carta que el general en retiro Mario Montoya dirigió a la asociación colombiana de soldados e infantes de marina profesionales en retiro por sus lamentables palabras en declaraciones ante la JEP, en donde señaló que los casos de falsos positivos bajo su comandancia se debieron en parte a la ignorancia de los soldados por ser pobres, de estratos 1 y 2.

“Quiero presentarles excusas a todos y cada uno de ustedes”, dijo en uno de los apartes de su carta. “Desde el principio de mi intervención ante la JEP fui enfático en señalar mi confianza y credibilidad plena, en todos los soldados profesionales y regulares que fueron mis subordinados y subalternos”, complementó el exoficial.

Un nuevo ejemplo, un nuevo caso, de que lo dicho en público o en privado debe cumplir con el requerimiento de estas épocas de hiperconectividad: que aguante con el termómetro de la empatía de las redes sociales.