cómo es su día de trabajo y contó la razón por la que trabaja desde muy pequeño.
“Ingresé por familiares que me dijeron que podía tener ingresos para mi estudio. Gracias a Dios he podido pagarme la matrícula y la pensión”, aseguró el menor, que ingresó hace un mes a estudiar en el Instituto Triángulo, donde valida los grados noveno y décimo los sábados.
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“La matrícula me costó 114 mil y la mensualidad es de 64 mil pesos”, agregó.
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Aldemar, desplazado del departamento del Putumayo que llegó a Bogotá para poder estudiar y que desde hace dos meses trabaja en Corabastos, contó que empieza su jornada laboral inicia a las 2 de la mañana y finaliza al medio día.
“El sueldo no es muy fijo, depende del día. Si es muy bueno se puede ganar hasta 30 mil pesos y si está muy malo uno se puede llevar por ahí 15 mil pesos”, explicó el menor.
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Por último, el joven oriundo de Putumayo aseguró que con lo que obtiene en su trabajo ayuda con los servicios y la comida de la casa.
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“El sábado es el día más duro para mí, descanso muy poco de 2 a 4 horas, porque entro a trabajar temprano y de ahí me tengo que ir a estudiar”, concluyó.