de la Iglesia en hablar públicamente sobre la exigencia de la ONU de entregar a los curas sindicados de pederastia.
El cardenal, quien el propio papa Francisco considera que podría ser el primer papa de raza negra, defendió el papel de la Iglesia para juzgar a quienes son implicados en estos casos.
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“El vaticano ha demostrado su interés para cooperar con cualquier organización internacional (…) ha dicho a sus obispos que las autoridades civiles de los lugares donde estos viven son las que están a cargo”, afirmó.