Según el alto tribunal, el Estado no brindó protección a estos miembros de la Fuerza Pública que fueron sometidos a tratos inhumanos por parte de los insurgentes, como por ejemplo obligarlos a comer con vidrios dentro de los alimentos.
El Consejo de Estado consideró que estos soldados no debieron ser víctimas del tipo de tratamientos, por lo que exigió a las Farc pedir perdón por este tipo de tratos en cautiverio.