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Gloria Barreto, el “ángel caído del cielo” para proteger al Esmad

Es una mujer mayor, madre de dos hijas adolescentes, siempre encausada en, como dice ella, usar su “arma más poderosa: orar” para ayudar a que las...

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dificultades de otros se resuelvan y quizá fue esa premisa la que llevó a doña Gloria a interponerse entre varios policías del Esmad y una turba de jóvenes armados con palos, sillas, y piedras que los querían agredir.

 

Gloria Barreto estaba cerca de la Plaza de Bolívar cuando se presentaron los desmanes el pasado jueves, vio “la agresividad con la que esos niños se enfrentaban a la fuerza pública”, se puso enfrente de ellos y levantó “las manos para que ellos dejaran de agredirlos, por respeto o porque Dios quería que fuera así”.

 

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Sobre a la curiosidad que ha despertado su valerosa acción, doña Gloria dice que nunca se dio cuenta que alguien la estaba fotografiado” y que, tras ver los diarios y noticieros, “no podía creer que era yo la que estaba en medio de esa circunstancia”.

 

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“Los encapuchados me halaban para quitarme de ahí y poder agredir al Esmad. Les daban muy duro, pero mi visión, mi convicción, es un no a la guerra (...) y ellos no tenían nada con qué defenderse”, dijo.

 

Gloria o el “ángel caído del cielo”, como le dicen los miembros del Esmad a quienes defendió, afirmó que en el momento de la agresión se “botaba y les daba abracitos a los encapuchados y les preguntaba por qué hacían eso” y les pedía que no siguieran, y fue tan insistente que los protestantes terminaron llamándola “la cuchita del abrazo”.

 

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“Yo siempre seguiré siendo la misma y dejaré que Dios me siga usando como Él quiera. Ojalá yo pudiera saber dónde me necesitan para ir hasta allá”, dijo.

 

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Recordó que no es la primera vez que realiza este tipo de acciones. En la última protesta de los camioneros se fue hasta Puente Aranda (Bogotá) y se hizo detrás “de un murito a orar, pero esa vez nadie me vio”.

 

Ya sus hijas han criticado ese tipo de acciones y le insisten: “mamita linda no te vuelvas a meter en esas”. Pero para doña Gloria, ver que agreden a otros le recuerdas a sus niñas y, como dice ella: “a mí que me quiten la vida antes que a un hijo me lo estén golpeando”.

 

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Pero qué dicen sus defendidos. Francisco Ossa, miembro del Esmad que estuvo en la escena, dijo que fue “una situación complicada porque nos agredían con palos y piedras, y como caída del cielo, como un ángel, se puso en frente de los disturbios y nos protegió”.

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