La profesora Liliana Rodríguez lleva más de 8 años ejerciendo la docencia en una escuela de primaria, es normalista, madre cabeza de familia.
Con esfuerzo logró pasarse una especialización en la Pontificia Universidad Javeriana y manifiesta que a pesar de todo el tiempo que tiene de experiencia, solamente en $200.000 pesos se ha incrementado su salario. Sin embargo, cuenta que no lo ve en la realidad, pues por pagar sus estudios de educación continuada, se le ha visto reducido a la mitad su total de ingresos. Lea también: Esto piden al Gobierno más de un millón de trabajadores para levantar el paro
Es decir que, aunque su salario es de aproximadamente 1’600.000, solo recibe $800.000, lo cual, asegura, no le alcanza para el sostenimiento de su familia ni para comprar todos los productos básicos de la canasta familiar.
Liliana es solo una de las miles de voces de maestros en todo el país que exige mayor atención por parte del gobierno, a este, uno de los oficios más nobles del mundo: la enseñanza.
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