de Reclusión Militar (CRM) de Tolemaida, fueron vistos “gozando de privilegios que están muy lejos de cumplir los reglamentos más básicos de cualquier penal”.
“Paseos a sitios turísticos y piscinas, permisos de varios días para ir a casa, reclusos que se la pasan de compras en Bogotá, uso de celulares, computadores e internet, son tan solo algunas de las cosas que esta revista volvió a encontrar”, publicó Semana.