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ONU retira invitación a Irán para salvar conferencia de paz sobre Siria

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon excluyó este lunes a Irán de la conferencia de paz sobre Siria prevista a partir del miércoles en Suiza,...

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menos de 24 horas después de haberla invitado, en un giro espectacular que intenta salvar esa reunión, denominada Ginebra II.

 

La oposición siria había amenazado con boicotear la conferencia si Irán, aliado del régimen de Bashar al Asad, estaba presente en las conversaciones.

 

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En un comunicado, luego de anunciarse que se la había retirado la invitación a Teherán, la Coalición de la Oposición anunció que "confirma su participación en Ginebra II, que tiene por objetivo una transición política en Siria".

 

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Sin embargo, uno de los principales integrantes de esa oposición, el Consejo Nacional Sirio (CNS), informó que abandonaba la coalición opositora en protesta por su participación en Ginebra II, dado que se niega a dialogar con representantes del régimen de Asad.

 

Ban "ha decidido que la reunión de un día en Montreaux (Suiza) tendrá lugar sin la participación de Irán", señaló su portavoz Martin Nesirky.

 

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Ginebra II se debe inaugurar el miércoles con una sesión ministerial en Montreaux presidida por Ban Ki-moon y a la cual fueron invitados representantes de unos cuarenta países, entre los cuales figuran las grandes potencias y naciones de la región en conflicto, como Arabia Saudita.

 

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Las delegaciones del gobierno y de la oposición siria deben continuar luego las negociaciones en Ginebra a partir del viernes, bajo la égida del mediador de la ONU y de la Liga árabe, Lakhdar Brahimi.

 

Nesirky justificó la decisión de Ban de excluir a Teherán por el rechazo iraní de apoyar el principio de un gobierno de transición en Siria, como lo prevé el "comunicado de Ginebra" firmado por las grandes potencias el 30 de junio de 2012.

 

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Pese a las seguridades verbales dadas por altos responsables iraníes a Ban, Nesirky explicó que Teherán rechazó suscribir el comunicado, el cual constituye "la base de las discusiones y el objetivo" de Ginebra II.

 

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El ministerio iraní de Relaciones Exteriores había afirmado este lunes que "Irán participaría de la conferencia sin precondiciones".

 

El comunicado de Ginebra habla de instaurar un gobierno de transición en Siria que tenga "plenos poderes ejecutivos", lo cual da a entender que Asad podría perder una buena parte e incluso la totalidad de sus prerrogativas.

 

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Siempre según su portavoz, Ban, quien debería viajar la noche del lunes a Suiza, quedó "hoy profundamente decepcionado por las declaraciones públicas de Irán".

                 

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Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que desean la salida de Asad del poder, habían impuesto a Irán como condición para su asistencia a Montreux que expresara su apoyo a una transición democrática en Siria.

 

Un responsable del departamento de Estado que se expresó bajo anonimato había solicitado a la ONU que "retirara" su invitación a Irán, según lo dijo Ban a la prensa la noche del domingo.

 

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Tras ser superada esta crisis, la portavoz del departamento de Estado, Jen Psaki, pidió el lunes "a todas las partes que se concentren en lo sucesivo sobre la tarea a cumplir: poner fin al sufrimiento del pueblo sirio y alcanzar el objetivo de una transición política".

 

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Por su lado, Rusia, otro fiel aliado de Damasco, señaló a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, que excluir a Irán de la conferencia sería "un error imperdonable".

 

Asad mismo contribuyó a radicalizar las posiciones al afirmar, en una entrevista exclusiva concedida el domingo a la AFP, que existían "muchas probabilidades" de que se presente como candidato a su reelección este año.

 

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La tarde del sábado, la oposición siria en el exilio había levantado, luego de difíciles negociaciones, sus objeciones a participar en Ginebra II y anunció que enviaría una delegación. Pero la invitación cursada por Ban a Irán el domingo revirtió esa posición, desencadenando intensas consultas en un ambiente de crisis.

 

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Esta controversia sobre el papel de Irán en el conflicto sirio coincide con la entrada en vigor del acuerdo alcanzado en noviembre con las grandes potencias sobre su programa nuclear. En respuesta al congelamiento de una parte de sus actividades atómicas, Estados Unidos y la Unión Europea suspendieron el lunes por seis meses parte de sus sanciones contra Teherán.

 

Las negociaciones como tales entre el gobierno de Asad y la oposición deben comenzar el viernes en Ginebra, pero los objetivos de ambos bandos parecen totalmente irreconciliables. En una entrevista con la AFP, el presidente sirio excluyó confiar la dirección de un futuro gobierno a un integrante de la oposición y pronosticó que la guerra contra los rebeldes demandaría "un largo tiempo".

 

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Ante esas declaraciones, un alto responsable estadounidense indicó el lunes que Washington había recibido "numerosos mensajes" de parte de miembros del régimen de Damasco "impacientes de encontrar una solución pacífica" a la guerra civil que azota a ese país, que ha dejado más de 130.000 muertos desde marzo de 2011.

 

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Y en vísperas del comienzo de la conferencia de paz, el diario británico The Guardian y la cadena CNN publicaron este lunes un informe en el cual tres exfiscales internacionales acusan a Siria de torturas y masacres en gran escala.

 

El informe, solicitado por Catar, país que apoya a los rebeldes sirios, y que puede verse en los sitios del periódico británico y de la cadena estadounidense, está basado en el testimonio y fotos proporcionadas por un desertor, a quien no se lo identifica por razones de seguridad.

 

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El informador, un fotógrafo que afirma haber desertado de la policía militar siria, suministró unas 55.000 fotos digitales de 11.000 presos muertos a los expertos forenses comisionados por el gabinete jurídico que representa a Catar.

 

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AFP.

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