Recientemente se conoció que la compañía generadora de petróleo Chevron y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,adelantarán una mesa de conversación para volver a extraer crudo en el territorio. La noticia no cayó bien en varios sectores políticos y personalidades del continente, entre ellos , el expresidente de Colombia Iván Duque.
El exmandatario colombiano arremetió contra esa posibilidad en una columna de opinión publicada por el diario El País de España. En el editorial, Duque quien dijo que esa negociación, como un apoyo a la "dictadura", se convierte en “petróleo sangriento”.
La guerra en Rusia y Ucrania, y la situación económica que atraviesa el mundo ha llevado a diferentes naciones a replantear sus necesidades energéticas. Para el expresidente, se trata de un factor importante en la productividad de los países, pero advirtió de los riesgos de esa “carrera”, que podría redundar en el fortalecimiento de lo que considera un régimen antidemocrático en cabeza de nicolás Maduro.
Duque considera que ese “peligroso” e “inconsistente pragmatismo” al que obliga el mercado del petróleo, llevó a que Maduro quiera “sacar provecho de la situación”. Para el expresidente, esto se convierte en una excusa casi perfecta para que el régimen venezolano alcance el respeto y apoyo de naciones. que harán de la vista gorda en medio de la flagrante violación de los derechos humanos en Venezuela.
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“Dicho todo esto, permitirle a Maduro reconstruir un aparato de producción de petróleo que él mismo destruyó es premiar sus atrocidades. El petróleo que saldrá de Venezuela, si esto ocurre, será un crudo en el cual va la sangre de ciudadanos indefensos, opositores, periodistas y millones de personas que han dejado el país para encontrar refugio y esperanza en otros lugares”, aseveró Duque.
El avance y apoyo que recibe dicha negociación, según el expresidente, llevará a que todos olviden los atroces crímenes que han impuesto Maduro y Putin, que, para él, terminan siendo lo mismo: dictadores, asesinos, criminales y violadores de derechos humanos.
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“En pocas palabras, la dignidad de un continente democrático y la dignidad del pueblo venezolano no pueden negociarse, sencillamente porque cualquier acuerdo con Chevron tendrá como producto final un petróleo sangriento”, finalizó.
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