dice que los padres que aún siguen controlando los horarios de clase y las vacaciones de sus hijos universitarios, no estarían haciéndoles ningún favor.
El estudio revela que los estudiantes con padres excesivamente controladores son más propensos a sentirse deprimidos y menos satisfechos con sus vidas, mientras que aumentaba la cantidad de padres sobreprotectores con temores económicos, que alimentaban su preocupación por las posibilidades de éxito de sus hijos. Con agencias.