Una difícil situación de orden público registra la región del Catatumbo, Norte de Santander, donde concluyó un alto al fuego entre grupos ilegales de dos días y medio.
La soledad acompaña las vías que llevan hasta cada uno de los municipios que conforman la zona del Catatumbo en el departamento Norte de Santander.
El final de la tregua que por 60 horas permitió la guerrilla del EPL en el marco del paro armado, sirvió para que las familias se abastecieran de alimentos y se lograran varios traslados médicos.
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Sin embargo, el temor y la zozobra siguen acompañando a las comunidades que se encierras en sus casas y paralizan las labores comerciales, educativas y administrativas. Las calles de cada uno de los 11 municipios del Catatumbo están solas, así lo pudo evidenciar la Defensoría Regional del Pueblo.
Sumado a esto los combates entre las guerrillas del ELN y el EPL, se reanudaron en la vereda Palo de Cruz en el municipio de Hacarí. Por esta situación un gran número de familias están evaluando la decisión de salir de sus veredas para llegar hasta uno de los refugios humanitarios que en esa población se ubican en las veredas Mesitas y Villa Nueva.
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En esa misma localidad, líderes sociales denunciaron que hombres armados llegaron hasta la vivienda de Orangel Galvis, integrante de la Asociación Campesina del Catatumbo. Aprovechando la soledad de la noche los sujetos atacaron a bala la vivienda en donde se encontraba. Por fortuna en el atentado el dirigente social resultó ileso.
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