y afirmaron que su principal propuesta son justamente las zonas.
Mientras los acercamientos entre el Gobierno y campesinos del Catatumbo se volvieron a suspender sin acuerdo alguno, la Organización de las Naciones Unidas en Colombia denunció el uso excesivo de fuerza y el alto índice de violencia que se vive en las protestas.
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El representante de este organismo para Colombia, Todd Howland, afirmó que se están vulnerando los derechos sociales, culturales y económicos de los manifestantes.
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La dura respuesta no se hizo esperar. El ministro del Interior, Fernando Carrillo, rechazó el pronunciamiento de la ONU. El funcionario dijo que los señalamientos no contribuyen al diálogo que se mantiene actualmente y que son “inoperantes e inoportunos”.
La Iglesia Católica en voz de monseñor Luis Augusto Castro, arzobispo de Tunja resaltó la importancia de que la ONU realice una investigación en la zona y pidió se investiguen las cuatro muertes que han dejado los enfrentamientos.
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Desde Bogotá, el director del departamento administrativo para la prosperidad social, Bruce Mac Master, afirmó que se buscan soluciones para el Catatumbo como las de empleo temporal que ha funcionado a lo largo de la historia.
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Mientras gobierno y líderes buscan acuerdos, la situación en Tibú es caótica para los habitantes de esa región, que dicen están secuestrados por la tensión que existe, al tiempo que exigen más vuelos humanitarios.
Las peticiones de los manifestantes, acusados por el Gobierno de estar infiltrados por grupos subversivos, tienen que ver con atención integral social, una zona de reserva campesina, la suspensión de la erradicación manual de cultivos ilícitos y terminar las concesiones minero energéticas a las multinacionales.
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Las movilizaciones en la región del Catatumbo que se presentan desde el 10 de junio exigen mejores condiciones para esta zona de reserva campesina y la sustitución de cultivos ilícitos.
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Más información de la situación en el Catatumbo en este video de Noticias Caracol.