haciendo el general (r) Óscar Naranjo al presidente Enrique Peña Nieto en temas de seguridad ciudadana es “una forma de intervencionismo” y que el resultado es la posible formación de grupos paramilitares.
Para Sánchez, la estrategia de seguridad que implementó el general Naranjo en Colombia no puede ser replicada en México por la diferencia “geográfica, económica, social, política y cultural” entre ambos países, además porque “los antecedentes que tenemos es que esa estrategia en Colombia generó fuerzas paramilitares que luego quedan fuera de control”.
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“Sostenemos que de haber una forma de intervención del señor Naranjo es que se haga una expulsión de nuestra patria, no podemos perder la autonomía de nuestra Nación. Que se investigue y se le devuelva a su país”, dijo.
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Según Sánchez, hay tres teorías sobre el fenómeno paramilitar que se tomó el estado de Michoacán: los que dicen que “atrás de los grupos de autodefensa está el señor Naranjo”, otros que “se atreven a afirmar que la forma de apoyo a las autodefensas es de las bases organizadas contrarias a los templarios, y otros con grupos con experiencia de usos y costumbres de los pueblos originarios”.
En cualquier caso, “lo de las autodefensas es extremadamente complejo” y sin quedarse con ninguna de estas hipótesis, “vemos con preocupación que el fenómeno se traslade a nuestro país”.
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