Este proyecto, aprobado por el Congreso de la República en diciembre del año pasado, sanciona actos que afecten la moralidad e imagen del congreso, como que un congresista abandone su labor; faltar sin justificación a 3 sesiones de plenaria y/o comisión en un mismo periodo; incumplir sin justificación el plazo para rendir ponencia; y desconocer los derechos de autor, entre otras.
“Esta era una deuda histórica del Congreso con el país desde hace 25 años. Por fin los congresistas tendrán reglas de juego claras de comportamiento y procedimientos disciplinarios internos”.
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Además, el parlamentario sancionado por violar esta Ley quedará inhabilitado para pertenecer a las Comisiones de Ética y Estatuto del Congresista.
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Las penas serán calificadas de gravísimas, graves y leves, determinadas por el grado de culpabilidad, la jerarquía, el perjuicio causado, las modalidades, entre otros conceptos.