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Amo a la iglesia, pero hay que denunciar lo que está mal

Se justificó, con argumentos religiosos, la violencia de la conquista que dejó muchos indígenas muertos.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Instagram @PLinero

Aprendí a rezar por influencia de mi abuela, ella me enseñó la fe. Doy gracias por esa experiencia, que para mí ha sido dadora de sentido y propósito a mi vida. Creo en la propuesta existencial de Jesús de Nazaret, que nos invita a vivir en al amor, el servicio, el perdón, la justicia y la solidaridad como valores del Reino. Pero esa experiencia no me hace desconocer los errores personales e institucionales que hemos cometido como iglesia.

No creo que la acción profética de reconocer y luchar contra las barbaridades y delitos cometidos invalide el reconocimiento de todas las bendiciones recibidas. Por eso, no entiendo la discusión que se genera en algunos católicos cuando el papa Francisco dice en una carta dirigida al arzobispo Rogelio Cabrera lo siguiente: "Tanto mis antecesores, como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización... Para fortalecer las raíces, es preciso… reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos”.

Se justificó, con argumentos religiosos, la violencia de la conquista que dejó muchos indígenas muertos; se cercenó cualquier manifestación religiosa que no fuera la católica, como lo atestiguan las acciones de la Inquisición en América; se impuso una lógica de dominación y de esclavitud.

Todo esto hay que reconocerlo, arrepentirse y luchar para que no vuelva a suceder. Es obvio que también hubo muchas experiencias buenas, que no podemos negar, y que hubo frailes como Francisco de Vitoria o Toribio de Benavente que defendieron a los indígenas. Lo importante es no creer que desconociendo los errores se hace bien.

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La fe tiene que ser una praxis de amor que se nota claramente en la vida diaria. Soy católico, vivo en comunión con el papa Francisco, amo a la madre iglesia, pero tengo claro que como dice el teólogo Gonzáles Faus: “Dios se merece la mejor iglesia posible y para ello hay que denunciar lo que está mal”.

Escuche la opinión de Alberto Linero en el audio adjunto:

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