Colombia de nuevo quedó en la mitad de la tormenta entre Estados Unidos y Venezuela, tras la propuesta de Washington de trazar una hoja de ruta para el restablecimiento de la democracia en el vecino país.
La petición del Secretario de Estado Mike Pompeo para que Nicolás Maduro y Juan Guaidó renuncien, con el fin de conformar lo que él llamó un “Consejo de Estado” temporal de cinco miembros que gobernaría Venezuela hacia unas elecciones libres antes de un año, por supuesto no cayó bien en el Palacio de Miraflores.
Los analistas consideran que la “jugada” estadounidense busca aprovechar, de manera arriesgada, el momento difícil que afronta Maduro, por la emergencia del coronavirus, sumado al desplome de los precios del petróleo en los mercados internacionales y a su aparición en una Fiscalía de Nueva York como el cabecilla del Cartel de Los Soles, incluso con una recompensa de 15 millones de dólares por su cabeza.
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El gobierno del presidente Iván Duque respaldó el plan propuesto por Washington, tras afirmar que sigue los lineamientos que se han propuesto desde el Grupo de Lima, que siempre ha buscado que al final de cualquier proceso, haya elecciones libres y democráticas en Venezuela.
Colombia desde hace bastante tiempo fue ubicada por el régimen venezolano en el bando de sus enemigos, lo cual hace riesgosa la situación para nuestro país, en la medida en la que aumenta la presión sobre Maduro y compañía.
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en zonas muy pobres de nuestro país, como La Guajira.
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Ese desplazamiento masivo de venezolanos a Colombia, podría verse multiplicado en caso de que llegase a presentarse una ruptura adentro de las Fuerzas Armadas venezolanas que llevaran a un derramamiento de sangre, desenlace que no es deseable.
Escuche la opinión de Ricardo Ospina en Mañanas BLU:
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