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Con tantos delitos en el país, la eficiencia no se mide persiguiendo empanadas: Linero

Ojo, la gente no vende en los andenes simplemente porque quiere, sino porque no tiene otra oportunidad.

327768_BLU Radio // Polémica multa por comprar empanada en la calle // Foto: AFP / BLU Radio
BLU Radio // Polémica multa por comprar empanada en la calle // Foto: AFP / BLU Radio

Lo confieso, soy un gordo en pausa. Para poder mantener el peso indicado, he debido seguir una dieta estricta sin poder comer esos deliciosos y tentadores fritos que se venden en las esquinas. Esto me hace recordar, de mi niñez, a varias mujeres que sacaron adelante a sus familias vendiendo fritos en las esquinas.

Por eso me llamó la atención el caso de Steven Claros, el joven que resultó multado con más de $ 800.000 por comprar una empanada en la calle. Lo que le sucedió a él, ha generado todo tipo de comentarios en las calles y en las redes del país.

Vea también: “Se me fue medio salario”: multan a joven con $800.000 por empanada en la calle

Se entiende el problema que genera el mal uso del espacio público, eso está claro. También es evidente la necesidad de cumplir la norma, pero no se pude perder de vista la necesidad de usar el sentido común para entender el tema a fondo. No es fácil comprender cómo en un país donde existen tantos casos de corrupción, de violencia contra los niños, de atentados contra oleoductos, de narcotráfico, entre tantos flagelos, la eficiencia de las autoridades se exprese en una multa de $ 834.000 que se le impuso al joven que comió empanada en la calle.

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Ojo, la gente no vende en los andenes simplemente porque quiere, sino porque no tiene otra oportunidad.

Conozca más: “Me asustaron a la clientela”: vendedora de empanada que, con multa, costó $ 800.000 

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Entiendo y valoro el trabajo de nuestra Policía Nacional, pero se necesita comprender la dimensión de las acciones que se toman. También hay que dejar en claro que los uniformados no son los responsables de la normatividad. Es al Congreso a quienes debemos pedirles leyes que interpreten nuestra realidad.

Más allá de la ironía, memes y ocurrencias, vale la pena hacer una reflexión sobre cuál debe ser nuestra actitud ante los problemas verdaderamente fundamentales de nuestra sociedad.

Escuche esta columna: 

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