Hace casi 12 años, el país vivió uno de los más grandes escándalos judiciales y políticos, por cuenta de la revelación de un mecanismo criminal de espionaje desde el DAS contra periodistas, políticos opositores y magistrados durante el segundo gobierno de Álvaro Uribe.
El escándalo conocido como las ‘chuzadas’ del DAS se produjo durante el florecimiento de la política de Seguridad Democráticay tenía dos objetivos: por un lado, conseguir todo tipo de información sobre políticos de izquierda y organizaciones de Derechos Humanos para luego iniciar campañas de desprestigio en su contra.
De otra parte, el DAS tenía como misión anticiparse a las decisiones de la Corte Suprema, que había sido elegida por Uribe como uno de sus principales enemigos, entre otras cosas, luego de haber iniciado el rosario de capturas de congresistas vinculados con grupos paramilitares y tras haber emprendido procesos penales por Agro Ingreso Seguro contra Andrés Felipe Arias y por la ‘Yidispolítica’ contra Sabas Pretelt y Diego Palacio.
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En el caso de la Corte, varios exdirectivos del DAS terminaron confesando ante la justicia que utilizaron a una atractiva detective, Alba Luz Flórez Gélvez, conocida como la ‘Mata Hari’, quien utilizando la fachada de vendedora de productos de belleza, se infiltró en el Palacio de Justicia y “reclutó” como fuentes humanas a dos empleadas de la cafetería y a un conductor del entonces jefe investigador de la “parapolítica”, el magistrado Iván Velásquez.
Toda esta novela tuvo un nuevo capítulo 12 años después, tras conocerse anoche la condena a tres y cuatro años de prisión contra María Elisa Torres, Blanca Yaneth Maldonado y Manuel Pinzón Casallas, quienes fueron reclutados por la ‘Mata Hari' y habrían entre otras cosas, ubicado una grabadora debajo de la mesa de la Sala Plena de la Corte y extraído expedientes completos de los despachos de los magistrados.
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La justicia cojea y a veces llega, en este caso, fueron condenados los eslabones más pequeños de la cadena. Ojalá el país conozca algún día la verdad judicial de quiénes ordenaron el espionaje a la Corte y quiénes recibían los insumos producto de esa actividad ilegal para tomar decisiones y emprender campañas de desprestigio.
Escuche la opinión de Ricardo Ospina en Mañanas BLU:
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