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La Marcha del Silencio: hay veces que sobran las palabras

En estos días se intenta justificar lo injustificable en las acciones malvadas del que está enfrente, o simplemente se trata de solucionar problemas con más problemas.

Alberto Linero / Foto: Instagram @PLinero
Alberto Linero / Foto: Instagram @PLinero

A veces sobran las palabras. Sobre todo, en esos momentos en los que las emociones están excitadas al máximo, y en los que todo lo que se dice puede ser tomado como un golpe, una agresión que se lanza y exige una reacción, en la que las palabras terminan juntándose como cascadas impulsadas por el odio y la ira queriendo arrasar todo lo que encuentran a su paso, sin importar de quién se trate. Eso es lo que estamos viviendo en estos días, en los que se intenta justificar lo injustificable en las acciones malvadas del que está enfrente, o simplemente se trata de solucionar problemas con más problemas. Por eso, me gusta la convocatoria que se ha hecho para hoy en la ciudad de Cali.

Sí, como un llamado a la paz y la reconciliación, se ha convocadoa la ‘Marcha del silencio’.Como lo ha dicho su promotor Felipe Lerma: “Llegó el momento de callar un poco las voces de violencia que vienen desde todas las líneas, en las que todos queremos tener la razón. Llegó el momento de escuchar el silencio y esa es la mejor herramienta para escucharnos unos a otros y encontrar puntos en común”. Me gusta que es una acción ciudadana, que no quiere basarse en las diferencias ideológicas ni políticas, sino en que todos somos ciudadanos y requerimos generar dinámicas de justicia y equidad que nos posibiliten el desarrollo digno de nuestro proyecto de vida.

El silencio como una acción simbólica, en la que todos tenemos que reconocer que podemos escuchar al otro, sentir sus necesidades y tratar de trazar puentes que nos ayuden a construir un mejor mañana. No es el silencio cómplice del indiferente, sino el silencio reflexivo de quien entiende que ha llegado el momento de juntarnos y derrotar la violencia de cualquier tipo y de cualquier lado. Como diría Jorge Eliecer Gaitán, el 7 de febrero de 1948 en Bogotá, es una manifestación de valentía, de la valentía que busca salvar la tranquilidad, la paz y la libertad de Colombia.

Espero que este recorrido que inicia en el Bulevar del Río e irá hasta la Plazoleta Jairo Varela, sea una oportunidad para que todos los que ejercen violencia, entiendan que no es lo que queremos los colombianos y en especial los caleños. Queremos construir un mejor país, pero siempre desde el respeto de los derechos de cada persona y de los deberes que tenemos.

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Escuche aquí la opinión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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