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Nadie que sea desagradecido es buena persona, nadie que crea que lo merece todo podrá ser feliz

Terminar el año es un buen momento para hacer una pausa, interiorizar y agradecer todo lo que hemos vivido.

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Alberto Linero
Foto: Cortesía

Este martesinvitaba a evaluar todo lo vivido en este año, ahora quisiera invitarlos a agradecer; porque creo que esta es la mejor actitud de los seres humanos frente a los demás, los proyectos y la vida toda.

Agradecer implica reconocer que no lo merecemos todo, que detrás de las grandes experiencias que vivimos, hay gratuidad. Algunos por no reconocerla se amargan y terminan reclamándole a la vida el éxito que no han construido.

Tengamos claro que somos personas capaces, que merecemos muchas cosas, pero que también recibimos otras fruto de la buena actitud y decisión de muchas personas.

Agradecer implica concentrarse en descubrir lo bueno que hay en la vida. Curucutear y encontrar tantas fuentes de alegría, crecimiento y realización que descubrimos en la existencia. A veces las dificultades con su presencia dolorosa, se imponen y nos hacen creer que todo ha estado mal, pero si escarbamos con paciencia, descubrimos que también ha habido manifestaciones de amor que nos han hecho crecer.

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Cuando agradecemos, nos enfocamos en tantas experiencias que nos potencian, lanzándonos a mejores situaciones. Pero agradecer también implica ir más allá del don y entender que detrás siempre hay alguien al que vale la pena mirar a los ojos y darle el agradecimiento.

Terminar el año es un buen momento para hacer una pausa, interiorizar y agradecer todo lo que hemos vivido. Descubriendo cómo cada situación nos ha sanado, restaurado, empujado, inspirado y ocasionado tanto bien. Antes de cualquier queja o de cualquier petición de ayuda, vale la pena descubrir todos los motivos que tenemos para agradecer y dejar que ellos nos impulsen a seguir adelante.

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Los invito a hacer una lista de los motivos que tenemos para agradecer; no para conformarnos ni resignarnos, sino para entender que tenemos posibilidades, fuerzas para seguir adelante. Se trata de reconciliarnos con esa realidad que nos sirve de base para lanzarnos hacia la consecución de mejores oportunidades, de hacerlo con valentía y siempre reconociendo todo de lo que somos capaces. Nadie que sea desagradecido es buena persona. Nadie que crea que lo merece todo podrá ser feliz.

Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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