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No entiendo reacciones contra el papa por declaración sobre homosexuales

En un documental estrenado en Roma, Francisco se mostró partidario de proteger legalmente a las parejas del mismo sexo.

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Alberto Linero / Foto cortesía

Soy católico, apostólico y romano. Vivo en comunión con la Iglesia católica, y trato de tener una vida conforme a los valores del evangelio. Por eso celebré la declaración delPapa Franciscoen el documental 'Francesco', dirigido por el cineasta ruso Evgeny Afineevsky y que se ha presentado ayer en el festival de cine de Roma. Un tema ha suscitado especial atención.

Ha dicho el Papa: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso” Y en el cual fue claro que en defender "una ley de unión civil" para las parejas homosexuales, que "tienen derecho a estar cubiertos legalmente".

No entendí la reacciones desproporcionadas de algunos creyentes católicos porque el Papa está cumpliendo con la tarea de la Iglesia de defender la dignidad de la persona dejando claro que a nadie se le puede privar de sus derechos civiles por su condición social, sexual, religiosa o política. No es una declaración teológica, doctrinal, ni sacramental. Ni siquiera es una valoración moral. Así que no entiendo esas manifestaciones reaccionarias porque eso implicaría decir que El Dios de nuestro Señor Jesucristo excluye personas, patrocina la privación de derechos de algunos seres humanos, o incluso significaría que Dios impulsa manifestaciones de odio, de rechazo y violencia contra quien no cree, piensa o siente igual a nosotros.

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La iglesia es católica, palabra griega que significa universal, esto es, en ella cabemos todos los que nos dejemos amar por Dios siempre invitados a ser mejores personas. Impresiona que para algunos creyentes el sentido de la existencia está determinado por el uso de los genitales y no por los valores de justicia, equidad, responsabilidad, amor, solidaridad, perdón que son los expuestos en el Sermón de la Montaña o el sublime criterio fraterno de Mateo 25. No se entiende que estemos más pendientes de la moral sexual que de la moral social, ni que los mismos que señalan a algunos por su condición sexual se hagan los de la vista gorda ante la corrupción, la violencia y las injusticias. La única forma que podamos vivir en sociedad es que seamos capaces de respetarnos en todas las dimensiones de la vida ética y legal.

Por eso no juzgo a nadie por sus creencias, o por su posición personal frente al Papa, al fin y al cabo creo en un Dios que no rechaza a nadie.

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