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No es inteligente vivir el hoy queriendo todo lo que pasó ayer, la gran lección que me deja Messi

Todo termina, todo acaba, nada dura para siempre. Hay que visualizar el futuro de la mejor manera posible. Hay que dar gracias por todo lo que se ha vivido y aprender a felicitarse por ello, sabiendo que fueron experiencias maravillosas.

Lionel Messi - Alberto Linero
Lionel Messi - Alberto Linero
Fotos: AFP, BLU Radio

Llegó a esa ciudad y a ese equipo en el 2000, a la edad de 13 años, y ayer se despidió en medio del llanto y la tristeza. Me refiero a Lionel Messi, quien jugó para el Barcelona 778 partidos en todas las competiciones, anotó 672 goles, ganó 35 trofeos -entre ellos 10 ligas de España, 4 Champions League, 6 balones de oro- y ayer, luego de no poder firmar su contrato por la situación económica del club catalán, en una rueda de prensa se despidió de todos los aficionados y miembros de este club.

Hay que recordar que el último contrato de Messi con el Barcelona -de 4 años- fue de 655 millones de dólares. La rueda de prensa estuvo salpicada de muchas emociones expresadas en lágrimas, sollozos, aplausos y abrazos de sus compañeros.

Más allá de todos los comentarios deportivos que se pueden hacer, para mí fue una comprobación más de que una de las características más fuertes de la condición humana es la obsolescencia. Todo termina, todo acaba, nada dura para siempre.

Entiendo que la manera como luchamos contra esa conciencia de finitud, es con el deseo por lo eterno, que nos hace negarnos a aceptar el final y cerrar bien los ciclos. Pero hoy esta situación nos permite reflexionar en que, lo primero, es aceptar la realidad: sí, entender que se terminó la relación, que ya no trabajas allí, que esa persona que tanto amas se fue.

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No es inteligente vivir en el hoy queriendo todo lo que pasó ayer. No tiene sentido atormentarse por los porqués, cuando lo que tenemos que hacer es aceptar que ya sucedió y que toca soltar y seguir hacia delante. Hay que dar gracias por todo lo que se ha vivido y aprender a felicitarse por ello, sabiendo que fueron experiencias maravillosas. Eso implica concentrarse en las bondades que ese final genera para la existencia -siempre lo hace-, y preparar un plan para poderlas aprovechar en la construcción de nuestro proyecto de vida.

No consumirse en los detalles, las fotos, los recuerdos de esa realidad que ya terminó, sino tratar de visualizar el futuro de la mejor manera posible.

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Todo eso me lo he aplicado en esta situación de la partida de Lionel Messi del Barcelona, porque como ustedes saben, me gusta mucho el fútbol y lo sigo apasionadamente. Pero entiendo que la cotidianidad siempre es una oportunidad para aprender y crecer.

Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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