Muchas veces, por mi condición de costeño he tenido que sufrir que se nos diga que somos flojos, que nos gusta estar emparrandamos o somos irresponsables. Esto niega toda la riqueza humana y social de nuestra región. Por eso entiendo la molestia que surge ante cualquier expresión que estigmatiza a personas por su ciudad o región de origen.
La salida en falso de un precandidato a la Alcaldía de Bogotá, al referirse en el sentido desobligante del término al también aspirante Antonio Navarro, ofende y daña. No podemos seguir calificando a la gente con esos epítetos que solo muestran nuestro desconocimiento de la individualidad. Hay que evitar ese humor, esa sorna que se basa en la discriminación hacia los demás.
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