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¿Por qué nos cuesta cuidar lo público?

No es dañando el andén, ni destruyendo los buses, ni saqueando los supermercados, como se puede lograr un verdadero cambio.

Alberto Linero / Foto: Instagram @PLinero
Alberto Linero / Foto: Instagram @PLinero
Foto: BLU radio

Creo que se debe a que no hemos entendido que es de nosotros. Cuando decimos que es “de todos”, diluimos la responsabilidad. Tenemos que reafirmarnos en que es “mío” y “tuyo”, y por eso lo cuidamos. Entiendo la necesidad de protestar frente a circunstancias de corrupción, inequidad e injusticias, pero no entiendo que destruyamos lo público y la infraestructura. Por eso, celebro la noticia acerca de la sanción con una multa de casi 5 millones de pesos, que se impuso a un hombre que atentó contra la estación Diamante del Metrolínea en Bucaramanga, hecho que había ocurrido el 24 de septiembre de 2018, cuando el hombre atacó la estación con una pistola de aire comprimido.

Es evidente que puede haber motivos que sustenten la inconformidad de muchos ciudadanos, pero tengo claro que no es dañando el andén, ni destruyendo los buses, ni saqueando los supermercados, como se puede lograr un verdadero cambio. Por eso creo que este tipo de sanciones deben trascender e imponerse a aquellos que encuentren en la protesta una excusa para acabar con todo a su alrededor.

Creo, además, que esta situación debe motivarnos a entender que nada ganamos destruyendo aquello que es de uso público, y que al ser destruido, afecta incluso a aquellos a los que se busca defender. Necesitamos nuevos modos de protesta que consigan cambios reales, pero sin llevarnos por delante las ciudades. Lo he dicho incansablemente, y lo repetiré las veces que sean necesarias: la violencia, del tipo que sea, nunca será la solución. No podemos hacer que el caos y la destrucción sean quienes marquen las luchas por la justicia y la equidad.

Ojalá podamos entender esto, y empezar a buscar la forma de comunicar las inconformidades sin que nadie tenga que salir herido, y sin que se violenten lugares que son de uso común. Créanme, lo material siempre se puede reconstruir, y no vale la pena meterse en un problema por ello. Es con inteligencia y dedicación que se logran los cambios reales, no con la violencia que ciega y que siempre trae resultados nefastos.

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Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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