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"Se puede perrear siendo educados y respetuosos": opinión de Alberto Linero

Queramos o no, estos ritmos urbanos llegaron para quedarse y no podemos despreciarlos, pero sí tenemos que posibilitar que los jóvenes adquieran el criterio que les permita saber elegir a quién escuchan.

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Alberto Linero / Foto cortesía

No me gusta el reguetón, ni el trap. Y no me gustan, porque estoy acostumbrado a disfrutar las letras de las canciones, y en estos géneros musicales urbanos hay más ritmo que contenido, además, sus mensajes chocan con muchos de los valores que caracterizan mi opción de vida.

Muchas veces me he identificado con esa afirmación sobre que si le quitan la música a algunas canciones de reguetón, la letra que queda sonaría como lo que un abusador le diría a una mujer en cualquier esquina de nuestras ciudades. Pero no podemos negar la influencia que estos géneros tienen hoy en la sociedad, y cómo sus exponentes son referentes de la juventud. Por eso, celebré el mensaje que dioBad Bunny al recibir el premio al mejor artista latino en los Billboard: “Se puede perrear, ser educado y respetuoso” y continuó: “Este premio se lo quiero dedicar a todas las mujeres del mundo entero, especialmente a las mujeres latinas y de Puerto Rico. Sin ustedes no existiría ni la música, ni el reguetón, así que basta ya de violencia machista en contra de la mujer, vamos a educar ahora en el presente para un mejor futuro”.

Considero que este mensaje es una buena invitación a exponentes y creadores de esta música, para que sean conscientes de los valores que comunican. Seguro el principal rol de los músicos no es el de formar, sino el de entretener desde la expresión artística, pero no pueden soslayar el impacto que tienen en la sociedad y sobretodo en los jóvenes.

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La equidad de género es fundamental en nuestra sociedad, no podemos seguir construyendo dinámicas de subordinación, de condescendencia, ni de objetivación de la mujer. Eso toca desterrarlo de nuestras acciones particulares y de las expresiones artísticas. De hecho, la canción “ella baila sola” en su contexto puertoriqueño, es una invitación a respetar el “no” que una mujer da al no querer bailar con un hombre, y entender que ella no necesita de un varón para poder gozarse la fiesta.

Lástima la expresión verbal puertoriqueña que usa para decir “ignorar”, en nuestro país tiene una connotación sexual que no le ayuda a extender el mensaje de empoderamiento femenino que quiere comunicar. Queramos o no, estos ritmos urbanos llegaron para quedarse y no podemos despreciarlos, pero sí tenemos que posibilitar que los jóvenes adquieran el criterio que les permita saber elegir a quién escuchan. Que entiendan que se puede perrear siendo educados y respetuosos.

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Escuche la opinión y la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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