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Tras la devastación del huracán Iota, es hora de probar nuestra solidaridad y patriotismo

Desde este fin de semana he estado muy triste, por toda la situación que el huracán Iota, categoría 5, ha ocasionado con su terrible paso por nuestro archipiélago.

Alberto Linero / Foto: Instagram @PLinero
Alberto Linero / Foto: Instagram @PLinero

Nadar en las aguas cristalinas de la Bahía de Aguamansa, caminar por la exuberante vegetación y sentir el olor de un rondón que se va cocinando en un improvisado fogón de leña a orillas del mar. Eso es lo que evoca mi mente cuando pienso en la Isla de Providencia, paradisiaco lugar en el que al son de un calipso ejecutado por un raizal, nadando un rato y conversando con nativos, pude descansar luego de predicar en la parroquia del Padre Marcelino Hudson en la isla de San Andrés.

Por eso desde este fin de semana he estado muy triste, por toda la situación que el huracán Iota, categoría 5, ha ocasionado con su terrible paso por nuestro archipiélago. Los vientos que alcanzaron hasta 287 kilómetros por hora, han devastado la isla destruyendo el 98% de su infraestructura y ocasionando por lo menos la muerte de una persona.

Nuestros hermanos están sufriendo todo tipo de privaciones en estos momentos. Los que hemos nacido y vivido frente al mar Caribe, crecimos con las historias, las noticias y hasta las leyendas del paso de estos fenómenos naturales: personas desaparecidas, lugares destruidos, etc. De alguna manera, estas duras experiencias forman parte de nuestra vida.

Está claro que, en situaciones así, es cuando hay que demostrar todo el patriotismo que expresamos en los instantes de la historia en los que se ha puesto en duda nuestra soberanía en este archipiélago. Es momento de demostrarlo con la presencia operativa y eficiente del Estado, proponiendo todos los planes de reconstrucción y la movilización de los recursos que se requieran para volver a levantar nuestras islas; pero también con la ayuda solidaria de nosotros los colombianos.

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Es al Estado al que le corresponde la primera responsabilidad, pero todos podemos ayudar de alguna manera. Hay que averiguar cómo y ser generosos, nadie está exento de vivir momentos críticos como estos, pero no sólo ha sido nuestro archipiélago, también la ola invernal que vivimos ha dejado muchos damnificados en el Chocó, en Antioquia y en Bolívar.

Son situaciones que cuestionan nuestra infraestructura y que nos retan a producir lógicas de desarrollo sostenido, donde de alguna manera, podamos menguar los daños que estos fenómenos causan. No son tiempos fáciles los que atravesamos, ya que la pandemia nos ha golpeado en todos los sentidos, pero somos gente fuerte y resiliente, capaces de sobreponernos a estas duras realidades. Pero también nos corresponde trabajar y exigir condiciones para estar cada día mejor.

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Escuche la reflexión y el análisis de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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