En su reflexión dominical, el pastor indicó que “entendimos que la misión de la iglesia no solo era atraer a las multitudes, Dios quiere discípulos que estén formando a otros discípulos, lideres formando”.
Tenemos que cumplir con lo que el señor dice para lograr esto, debemos permitir que el espíritu santo llene los faltantes en su vida y habló sobre ‘las montañas que deben ser allanadas’.
Explicó que las montañas de pecado, egoísmo, enojo, envidia, entre otras, como iglesia se deben encontrar estas montañas en las personas y derribar esas montañas antes de que sean servidores en la iglesia.
“Detrás de los pecados casi siempre hay un faltante, una necesidad de ser amado, quizás un rechazo, la necesidad de reconocimiento nos puedo volver adictos a la aprobación”, dijo.
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Escuche aquí la reflexión completa del pastor Andrés Corson:
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