En el espacio de reflexión dominical, el padre Invitó a los creyentes a acelerar la conversión y estrechar la relación con Dios para que “la trinidad en nosotros brille”.
La cuaresma es un tiempo para decirle a nuestro señor “misericordia Dios mío por tu bondad”.
“cómo nos cuesta trabajo en general pensar en la muerte, le huimos a la muerte, ni siquiera tratamos de entender el tema”, aseguró que no solo la muerte como final de la vida, sino el morir diariamente a nosotros mismos.
Aseguró también que ser glorificado en términos espirituales es ser depositario de una presencia potente de Dios, de tal manera que la persona se deje ver como instrumento de Dios.
Publicidad
Escuche aquí la reflexión dominical completa del padre Rafael de Brigard: