Tras los desmanes ocurridos el pasado fin de semana en el centro de atención especializada El Redentor, en Bogotá, donde en diferentes ocasiones los jóvenes han hecho intentos de fuga, el establecimiento quedará a cargo del Instituto Distrital Para la Protección de la Niñez -IDIPRON-, con apoyo del ICBF y la Policía de Infancia y Adolescencia.
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Esto se dio luego de los antecedentes que ha puesto en aprietos el funcionamiento del lugar, donde son recluidos jóvenes mayores de 18 años que venían cumpliendo penas desde que eran menores.
“El modelo pedagógico del IDIPRON lo hemos querido llevar a El Redentor. Hemos empezado con el de mayores de 18 años, que tuvieron problemas con la ley cuando eran menores (…) Son muchachos metidos en el sistema de responsabilidad penal adolescente, pero están permeados por ese desorden que tiene el adulto”, señaló Wilfredo Grajales, director del IDIPRON.
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Este centro era administrado por un operador privado, llamado Instituto Psicoeducativo de Colombia IPSICOL, que ha dejado el encargo que ahora retoma la administración distrital con una serie de retos que fueron tomados como la necesidad de coordinaciones interinstitucionales.
Entre tanto, el director de la entidad del Distrito reconoció falencias en la infraestructura y la seguridad del centro, pues dijo que las instalaciones no se prestan para las capacidades de “destruir” de jóvenes de más de 18 años.
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“Hay que decirlo de manera clara: a nivel de infraestructura no se tienen las herramientas para la buena atención, ahí se debería hacer un colegio u otra cosa. Estos muchachos no son de ese nivel, exigen una infraestructura más robusta y sólida. Porque desbaratar techos y romper muros no lo hacen muchachos de colegios, pero aquí sí. Es muy difícil y una pelea con la Policía que se convierte en algo complicado. Hay que evitar la confrontación”, agregó.