Altos líderes mundiales de la salud piden medidas urgentes para población carcelaria

Las principales instituciones mundiales encargadas de velar por la salud, hicieron un llamado a los líderes de todos los países para que traten la situación en las cárceles de manera eficiente en medio de la pandemia del COVID19, con el fin de evitar que crezcan los focos de contagio en los centros penitenciarios.

En una comunicación conjunta aseguran que si bien la situación de hacinamiento varía según el país, es necesario que los sistemas judiciales coordinen con las cárceles la atención para prevenir los focos de contagio.

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Aseguran que se deberían cerrar los centros de detención obligatoria y rehabilitación, donde se mantienen detenidas a las personas sospechosas de consumir drogas o ejercer trabajos sexuales, "sin el proceso debido, con la excusa de ofrecerles tratamiento o rehabilitación".

Quienes firman la comunicación son Ghada Fathi Waly, directora ejecutiva de la UNODC; Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS; Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA y Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

La solicitud puntual a los líderes políticos del mundo es que consideren la medida de prisión en establecimiento carcelario como la última opción, teniendo en cuenta que el hacinamiento dificulta que se implementen las medidas de bioseguridad. También motivan a que se implemente la excarcelación de presos enfermos o de la tercera edad, así como aquellos que cometieron delitos menores.

“A la luz de la sobrepoblación observada en muchos centros de detención, la cual mina la higiene, la salud, la seguridad y la dignidad humana, se antoja insuficiente una sola respuesta sanitaria a el COVID-19 en estos entornos cerrados. Dicha sobrepoblación constituye un obstáculo insuperable de cara a la prevención, la preparación o la respuesta a la COVID-19”, dicen.

Las organizaciones piden que se respete el derecho de acceso a la salud de la población carcelaria y que se garantice una prestación del servicio de calidad. Por otro lado, resaltan que las medidas de prevención son necesarias, ya que en las cárceles también hay presos con enfermedades de base que ponen en riesgo su vida en medio de la pandemia.

"Entre la población en prisión hay una sobrerrepresentación de personas con trastornos por uso de sustancias, VIH, tuberculosis (TB) y hepatitis B y C, en comparación con la población general. La tasa de infección de enfermedades en población tan confinada es también más elevada que entre la población general. Más allá de la infectividad normal de la pandemia de COVID-19, las personas con trastornos por uso de sustancias, VIH, hepatitis y TB podrían tener mayor riesgo de complicaciones derivadas de la COVID-19", agregan.