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La lucha de un joven VIH positivo en medio de la pandemia

Tras padecer el sufrimiento con su EPS y varios intentos de suicidio, Jason García decide contar su enfermedad e iniciar una batalla para ayudar a otros.

371059_Jason García. Foto: Cortesía
Jason García. Foto: Cortesía

Jason García solo fue escuchado cuando un trino suyo se volvió viral hace un par de días al escribir que es portador del VIH positivo desde 2016. En dicho trino cuestionó la eficiencia del sistema de salud en Colombia y contó su lucha contra la EPS.

Jason es oriundo de El Bagre, Antioquia, y criado en Medellín desde muy pequeño. Hace cuatro años fue diagnosticado con VIH positivo y, en ese momento, su EPS lo llamó por teléfono y le fue informando de un tratamiento sin ser notificado de los resultados de una prueba.

"Decir que tengo VIH es muy duro", dice Jason, mientras recuerda lo duro que es anímicamente.

“Es la noticia más fuerte que me han dado, se me abrió la vida en dos porque ya no tenía más esperanzas de vida en ese momento”, relató.

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Hacia septiembre de ese año inició su proceso de medicación y fue otra “tortura”. Tuvo que enfrentarse a la soledad, pues su familia no ha conocido, cuatro años después, el diagnóstico. Solo lo harán hasta que alguno de ellos lea este informe periodístico.

“He recibido apoyo de dos personas que guardo su identidad, pero por parte de mi familia ellos no saben

y lo sabrán hasta que se publique esta noticia”, contó Jason.

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Es ahí cuando empieza la otra batalla, la de seguir prácticamente solo, porque el acompañamiento que debió garantizarse por parte del Estado, dice, se quedó ahí, pues señala que los protocolos activados para el acompañamiento a pacientes VIH en materia psiquiátrica y psicológica son insuficientes. Esto lo llevó a una depresión que, semanas después, “estalló” en un ataque contra las personas de su trabajo.

“Hice un show impresionante: Insulté, hice cuanta cosa porque fueron tantos los ataques de depresión que ese día se estalló todo. Yo, Jason García, vi que nunca me trataron esa parte, porque me veía un psicólogo hoy y mañana otro, lo que me hicieron fue un daño. Esa lucha de todo 2017 lleva a encerrarme en 2018, encerrado en mi casa y vivía de los ahorros que tenía. Solo iba a reclamar los medicamentos”, relató Jason a BLU Radio.

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Fueron varios los intentos de suicidio de un joven que padece VIH y, además, está solo, aislado y sin más intenciones de lidiar con los trastornos que no fueron bien tratados.

“El personal médico no está incluido en esta denuncia porque son personas que les toca alejarse del sistema o de las personas para poder tener su trabajo, ya que por sus denuncias les pueden quitar el empleo”, dice.

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Desde el año pasado continúa con su medicación y con una serie de intentos de sanar su mente de forma personal. Solo hasta mayo de 2019, en su última consulta,

le dicen que su afiliación está en proceso, además de ser llevada a otro departamento sin saber ni siquiera cómo fue.

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“Los funcionarios me dicen que yo ya no tengo afiliación en Medellín, que me toca ir al departamento de Córdoba por mis medicamentos para seguir con el tratamiento de VIH positivo”, contó.

“La respuesta de ellos fue la más inhumana: Nosotros no sabemos ni nos interesa”, relatón Jason.

Ni siquiera bastó insistir en los entes territoriales, ni en la Personería, ni en la Superintendencia, pues cada intento era una pérdida de tiempo, por ello decidió no ir más a la EPS e ir tirando la toalla.

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"Decido no ir más, no tomar medicamentos, todo con un riesgo, mi vida, porque realmente tengo mucho miedo de decir, voy a dejar de consumir el medicamento, entonces apagué el celular, apagué todo y me desconecté del mundo de la salud, que nunca me brindó el apoyo como se debe”, siguió relatando Jason a BLU Radio.

Pasó un año y desde entonces Jason decidió retomar su tratamiento, pero esta vez, con otro propósito, el de luchar con y por otros que padecen situaciones similares, pero ha sido paradójico, según cuenta, pues cuando él denuncia su caso en redes sociales, es sólo hasta ese momento cuando le “paran bolas”, pues la repercusión hizo que se presentaran resultados.

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“Ahí sí me corrieron, es impresionante cómo han corrido, pero hay otros pacientes que no les corren como a mí, porque no hacen denuncia y no sabemos qué cosas están pasando, entonces decidí decirle al mundo que soy positivo al VIH porque tuve tres intentos de suicidio. Vi algunos que lo hicieron y hay otros que están padeciendo la misma humillación, y decido liderar un movimiento para llegarle a muchas personas con este tipo de enfermedad y otras”, manifestó Jason.

Es aquí cuando la situación se pone más complicada, esta vez, por cuenta de la emergencia por el coronavirus. Filas interminables para reclamar medicamentos, quejas y más quejas en las EPS y la prioridad, los pacientes COVID, y muchas veces desconociendo a las demás patologías y sus pacientes.

Jason dice que, a pesar de la complejidad de su caso y de llegar al borde de un suicidio, solo espera iniciar una labor para ayudar a pacientes en lugares lejanos de Colombia, y poder llevar insumos y conocimiento a esos pacientes que lo necesitan.

“Quiero llevar esa ayuda, exámenes médicos, infectólogos, medicamentos, a los hogares de paso. En los pueblos hay pacientes VIH positivo y otras patologías que no se tratan de la mejor manera”, explicó Jason García.

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Finalmente, Jason concluyó con un mensaje de unidad y diciendo que para no llegar al borde de la locura, antes que todo, lo primordial es acabar con la estigmatización y exigir que el sistema de salud en el país funcione como debe ser , y poner siempre, por encima, el valor de la vida.

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