por no ser una práctica aceptada del todo en la sociedad”.
Canzutti aseguró que tener esta costumbre en los hogares puede trastocar la vida en sociedad de los niños, ya que desde pequeños conciben que es correcto hacerlo y pueden intentarlo con amigos o maestros del colegio lo que les puede “generar graves problemas por la vergüenza que puede pasar”.
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La psicóloga puntualizó que si bien es una tradición de cada familia, hay que entender precisamente eso, “que es personal del entorno de cada cual y no siempre la sociedad lo va a ver con buenos ojos, si lo quiere hacer hágalo pero tenga en cuenta que se debe tener límites”.