de un año naufragando a la deriva.
Orellano cuenta que si bien no veía a su hijo hace ocho años, hace poco una llamada lo sorprendió al informarle que José Salvador había aparecido en una isla del pacífico luego de recorrer ocho mil kilómetros en una barcaza.
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El hombre asegura que ya se comunicó con su hijo y lo están tratando bien y están cuidando de él en un hotel de las Islas Marshall. “Comía tortugas, pájaros y pescados, si sentía sed tomaba sus propios orines, mi hijo sufrió”, dijo en Mañanas BLU.
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“Quisiéramos que no regrese al mar, Dios hizo el milagro con él”, concluyó.