es muy bueno meditar y descubrir que somos hijos de la luz por la palabra de Dios.
El padre hizo énfasis en que es necesario que la mente se abra a la luminosidad propia de Dios porque dicho acto regalará alegría y unidad.
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Asimismo, aseguró que la luz se antepone a la tiniebla, por eso es necesario encontrarla a través de la lectura del evangelio para poder compartirla con todos los allegados.