Los tejidos comestibles hechos con gelatina, extraídos de la remolacha o el café, fueron la principal novedad este domingo en la pasarela de Madrid, donde los jóvenes creadores, entre ellos la firma mexicana Toronero, apostaron por el diseño de autor, las prendas sin género y la artesanía.
Antes, la firma mexicana Toronero, capitaneada por David Hernández y Emilio de Anda, mostró una colección en la que actualiza la estética charra con elementos urbanos. Piezas artesanas con las que rinden homenaje a sus raíces.
Evade House, presentó una colección a partir de texturas renacidas de colecciones anteriores y de materiales comestibles como alga nori, remolacha, café, té o fresa. "Mi taller parece un laboratorio", contó a EFE.
Un intenso proceso de investigación le ha llevado a confeccionar con bioplásticos, alginato de glicerina y gelatina hasta lograr un tejido comestible con el que ha creado piezas con mucho volumen, "prendas que se pueden comer, que tienen un impacto en nuestro armario y en el medio ambiente", añadió.
Moda sostenible a partir de elementos naturales "que si no te los comes, los puedes devolver al medio ambiente porque en un jardín cualquier animal podría comerlos sin peligro".
Una manera biodegradable de desechar la prenda y "renovar el armario de una manera sostenible. La sostenibilidad no es solo un jersey que dure veinte años", dice.
Inspirándose en la icónica diseñadora Vivienne Westwood, Javier Soria, a los mandos de la firma Visori Studio, presentó una colección eléctrica, aderezada con notas punk que ha comenzado en tonos negros y ha terminado con un fucsia teatral.
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