El siete de diciembre de cada año, las calles de pueblos y barrios colombianos se encienden con miles de velas de diferentes colores, esto con el fin de conmemorar a la llamada Virgen María, una tradición que se celebra cada año en las fiestas decembrina.
Pero, ¿se ha preguntado el origen que tiene ‘”la noche de velitas” entre los feligreses católicos?
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Para entender el tema, es necesario remontarse al 8 de diciembre 1854, año en el que el Papa Pío IX promulgó un documento en el que estableció que el alma de la virgen María fue creada, infundida y adornada con gracia santificante. Desde ese día se dice que los católicos creyentes profesan la fe en honran el nombre de María.
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Alrededor de su nombre han crecido incontables historias a las que la ciencia no ha logrado tener una explicación razonable.
Una de ellas es la aparición de la Virgen en Medjugorje, una ciudad de Bosnia-Herzegovina, en donde se les pareció la madre de Jesús a seis videntes que afirmaron ser testigos desde el año 1981 de diferentes apariciones inexplicables.
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Según versiones y relatos de los creyentes, la inmaculada se le presenta cada tanto a Mirjana Dragicevic, una de las niñas que tuvo el privilegio de verla por primera vez.
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Silvana Mejía, periodista y creyente, compartió en Luna BLU su experiencia vivida en Medjugorje, un lugar santo en el que “el cielo y la tierra se conectan”.
“Es un lugar mariano, el más grande hoy en día y es una antena entre la tierra y el cielo, que fue escogido por la madre del cielo para que las personas que vayan, tengan un espacio de recogimiento y paz”, aseguró Mejía.
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Silvana Mejía aseguró que durante su visita pudo entender que Medjugorje “fue un lugar escogido por la santísima Virgen por la gran fe de la comunidad y su sencillez”.
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En la actualidad, millones de peregrinos, sacerdotes y obispos visitan Medjugorje, un lugar emblemático si de creencia y fe se trata.