La mujer de 46 años, oriunda del Reino Unido, comenzó a tatuarse desde los 20 años y, a partir de ese momento, se volvió adicta
Melissa Sloan, madre de dos niñas, ha expresado en varias oportunidades, a través de las redes sociales y de los medios locales, que en repetidas ocasiones se ha sentido discriminada por su apariencia física
Según contó al medio Daily Star, cada que llega a un establecimiento comercial o a un banco, los funcionarios la confunden con un ladrón, pues su rostro llenos de tatuajes puede llegar a asustar a quienes la rodean
La adicción de esta mujer por los tatuajes es tan grande, que lleva a todos lados una máquina con la que rellena los espacios que le quedan en blanco y retoca algunos dibujos que ya están decolorados
En una entrevista con el medio anteriormente mencionado, Melissa indicó que a su cara ya le había hecho tres capas de tatuajes, pues le gusta la sensación del contacto de las agujas con la piel
La discriminación por parte de la sociedad, por su aspecto físico, le ha impedido asistir a las actividades académicas de sus hijas en la escuela
Asimismo, indicó que los tatuajes en la cara le han impedido conseguir algunos trabajos, debido a que, según los contratantes, puede llegar a dar una mala imagen para la empresa
“Cuando entro al banco me miran como si fuera a robar el banco, todos se asustan. Se siente como si pensaran que los voy a robar. Estoy entrando y todos se quedan quietos y asustados. Si quisiera robar un banco, de todos modos, me notaría de inmediato”, puntualizó
A pesar de la discriminación que puede sufrir en su vida cotidaina, la mujer indicó que quiere llenar los espacios en blanco que quedan a lo largo de su cuerpo y, además, se quiere tatuar los globos oculares
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