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Evangelio de hoy: 25 de septiembre

Vea también la reflexión sobre el evangelio de hoy.

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Evangelio de hoy, imagen de referencia
Foto: Blu Radio.

Primera lectura

Lectura de la profecía de Amós (6,1a.4-7

Esto dice el Señor omnipotente:«¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sion,confiados en la montaña de Samaría!Se acuestan en lechos de marfil,se arrellanan en sus divanes,comen corderos del rebaño y terneros del establo;tartamudean como insensatose inventan como David instrumentos musicales;beben el vino en elegantes copas,se ungen con el mejor de los aceitespero no se conmueven para nada por la ruina de la casa de José.Por eso irán al destierro,a la cabeza de los deportados,y se acabará la orgía de los disolutos».

Salmo

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Sal 145,7.8-9a.9bc-10R/

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.V/.

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El Señor abre los ojos al ciego,
Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.V/.

Sustenta al huérfano y a la viuday trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,19-31):

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En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.

Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.

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Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:

“Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.
Pero Abrahán le dijo:

«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.

Él dijo: “Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”.

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Abrahán le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Pero él le dijo:
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”.

Abrahán le dijo:«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».

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Reflexión del padre Said Caselles Guerrero, sacerdote de la Prelatura Apostólica Corpus Christi

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