El presidente Iván Duque cerró las fronteras de Colombia el 17 de marzo de 2020 y desde ese día el aeropuerto José María Córdova de Rionegro dejó de ser, como todos los terminales aéreos del país, uno de los sitios más concurridos.
Con el cierre del aeropuerto muchos pensaron en las aerolíneas, los empleados de locales comerciales en el terminal y en los pasajeros, pero en el caso del aeropuerto de Rionegro hay otros perjudicados.
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Se trata de los taxis blancos o de línea azul, como se conocen. Son los vehículos que prestan el servicio entre Medellín y el aeropuerto y que tienen esa ruta como su único destino de trabajo.
“Son cerca de 280 vehículos que están frenados y 400 conductores afectados por no estar recibiendo los ingresos que generaba cada viaje. Estamos así desde que cerraron los aeropuertos. (…) Cabe anotar que los conductores ganan un porcentaje de los viajes de cada vehículo y los que son dueños también ganan de acuerdo con los viajes que hagan en el día. El aeropuerto está cerrado y nosotros estamos totalmente desamparados”, aseguró Iván Agudelo, administrador de una de las empresas que viaja al aeropuerto.
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El cierre de los aeropuertos que inició en marzo está estipulado hasta el 25 de mayo, cuando los taxistas de línea azul tienen la esperanza de que se reabra el terminal aéreo y de que puedan volver a trabajar.
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