Empresarios colombianos del acero denunciaron que están teniendo enormes pérdidas por cuenta del ingreso al país del material sin los requisitos legales proveniente desde Venezuela.
La historia es de larga data. En 2008 la empresa Sidor del conglomerado internacional Ternium fue estatalizada por el Gobierno de Hugo Chávez.
Sidor pertenecía a empresarios italianos y argentinos, que en su mejor momento llevaron a la compañía a la producción de 4 millones de toneladas de acero al año, convirtiéndola en un referente en América Latina.
Según las cifras de la Cámara Colombiana del Acero, actualmente Sidor, ya del Gobierno de Maduro, produce 300.000 toneladas al año que no logran venderse en Venezuela porque no existe la suficiente demanda. Y, sin embargo, se incrementó la planta de trabajadores.
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El director de Camacero, Andrés Ramírez, explicó las consecuencias: “Lo que hace el contrabandista es que aprovecha las dos tasas de dólar que hay en Venezuela. Con el dólar negro va a la fábrica y compra a tasa oficial el acero, le sale muy barato, lo introduce en Colombia y lo vende rápido. El contrabandista debería hacer la devolución de las divisas por medio del Banco de La República, pero no la hace. Es un delito fiscal”.
El empresario añadió, respecto a los valores del mercado del acero hoy, que “en Barranquilla una tonelada legal de HRC de lámina caliente cuesta US$700. Esta misma tonelada la compran en Venezuela en US$110. Y una parte de la modalidad del contrabando es venderla rápido, por lo que en Colombia la venden por debajo del precio del mercado y eso nos afecta. Además, algunas de esas láminas no cumplen con las normas de sismoresistencia. Se están ganando un 50 %”.
Según el experto, quien regula el mercado de la siderurgia a nivel mundial es China, el primer productor de acero a nivel internacional. Pero por políticas medioambientales, el país oriental redujo su producción del acero, por lo que el precio se incrementó y benefició a los empresarios de otros países del mundo. Sin embargo, en Colombia el contrabando está causando efectos negativos.
“Ya estamos viendo este acero venezolano en Bogotá y en Barranquilla. El año pasado entraron cerca de 4.000 toneladas de contrabando de acero por la frontera. Le pedimos a la Policía Nacional y Aduanera que nos colabore,” señalo Ramírez.
En pesos colombianos, los contrabandistas estarían comprando la tonelada de acero en Venezuela a $313.000, y lo venderían en el país a alrededor de $1.100.000, mientras que en el mercado colombiano está en cerca de dos millones de pesos. Es decir, venden el acero un millón más barato, lo que puede ser atractivo para algunos constructores.
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