luego más de una década de litigio, 75 mil kilómetros de mar en el Caribe, en una decisión que nadie en el país se esperaba.
Tras meses de especulación sobre qué iba a hacer el gobierno de Juan Manuel Santos ante la vulneración de derechos ambientales, económicos y sociales de los sanandresanos, se puso en marcha una estrategia jurídica para desenclavar los cayos que quedaron atrapados en aguas nicaragüenses.
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Hasta ahora el fallo no se ha aplicado, debido a que debe ser el Congreso y la Corte Constitucional las que aprueben nuevos límites, que Colombia no ha aceptado.
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El presidente Santos declaró en su momento: “frenamos las intenciones expansionistas de Nicaragua al declarar la unión de dos plataformas continentales que juntas se extienden desde San Andrés hasta Cartagena”.
Aunque en varias oportunidades el Gobierno nicaragüense instó a Colombia a aceptar el fallo y han mostrado los dientes en un intento de mostrar poderío militar, políticos de ese país como los diputados Jaime Morales y José Ramón Sarria no descartan que sea viable la siguiente amenaza de Nicaragua: extender su plataforma continental a las costas de Cartagena.
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Un momento de máxima tensión en los últimos meses se vivió cuando el capitán de navío ruso, Neksey Ousyannika, exhibió sus barcos de guerra sobre las costas nicaragüenses.
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Este hecho, sumada a la violación del espacio aéreo de Colombia, hizo que se tensionaran las relaciones con Moscú, que después descartó un ataque o un apoyo en un conflicto bélico.