unieron por la causa de vender y traficar marihuana en el sur de Bogotá.
Los delincuentes se conformaban en una fachada de vendedores ambulantes a las afueras de plazas de mercado, como la del 7 de agosto, donde se camuflaban como comerciantes de frutas.
Ante esta situación, las autoridades procedieron a la captura de 12 personas que incluso utilizaban a niños para lograr su cometido.
La organización tenía ganancias aproximadas de 5 millones de pesos diarios y venia delinquiendo desde hace 34 años.