Sin embargo, aseguró que no puede ser un delito impartir una orden.
“El gran escándalo es detectar a través de una grabación no cómo se roban el dinero de los partes sino en reiterados procesos de corrupción en esta ciudad, sino cómo el jefe oficial de la Policía imparte la instrucción de que se cumpla con el deber por parte de la Policía de Tránsito”, manifestó.
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Dejó claro que los agentes deben enfocarse en lo que tiene que ver con los conductores de Bogotá y en la seguridad vial y la de los peatones.