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Mi sonrisa sale del alma para todo el mundo: Caterine Ibargüen

Este sábado en Blanco y Negro, Mabel Lara entrevista a la medallista olímpica Caterine Ibargüen Mena, orgullo colombiano en los Juegos Olímpicos Río 2016.

145808_Foto: Blu Radio.
Caterine Ibargüen - Foto: Blu Radio

Caterine habló de su infancia en Apartadó, su pueblo natal, y sus inicios en el deporte. La medallista olímpica contó que se crio en el Urabá antioqueño, “una parte hermosa, una zona divina de Colombia”.

 

Allí la deportista creció y dio sus primeros pasos: “Allí nació mi carrera deportiva. Amo Urabá, lastimosamente hemos sido atropellados por la violencia, pero nunca a la persona que llegue a Urabá le vamos a brindar una mala cara, lo acogemos con amor y estamos trabajando fuertemente ese estereotipo de violentos, porque Urabá y Apartadó está abierto para el mundo, se nota el cambio y aprovecho para invitarlos a todos, es una tierra hermosa”.

 

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La deportista recuerda su infancia “tranquila, bella, hermosa, a pesar de las dificultades. Disfrutaba como todo niño, corríamos mucho, corría y andaba en pantaloncitos, jugaba mucho a canicas, escondidas, una infancia hermosa”.

 

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Admite, sin embargo, que “hubo muchas necesidades, no es un secreto”, pero se superaron y ahora es una persona feliz sin resentimientos, sin egoísmo, “sino con ganas de salir triunfando y ganar muchas cosas, y si puedo aportar a que mi familia no pase por esas dificultades que pasamos, a eso me dedico”.

 

Inicialmente, Caterine se fijó en el voleibol y se dedicó a esa disciplina antes de llegar al salto triple, en sus propias palabras porque “eran las oportunidades que da la vida”.

 

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“Con el voleibol conocí muchas amistades, debido a que a diferencia del deporte individual que hago ahora el voleibol es un deporte en conjunto y aproveché eso para ganar buenas amistades, de ahí crecieron unas de las más lindas amistades”.

 

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Después hizo voleibol simultáneo con atletismo, “tenía muchas energías para hacer los dos en ese tiempo”.

 

Sobre Wilder Zapata, el entrenador de atletismo que la descubrió, Caterine cuenta que es un hombre que se dedica a buscar talentos por escuelas y un día llegó a Apartadó, donde la conoció.

 

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“Wilder llega a mi escuela, en Apartadó, en educación física llega a hacer unas pruebas a unos niños, en ese grupo estoy yo, y nos hacen algunas pruebas de atletismo para seleccionar y llevarlos al estadio de Apartadó. Quedé yo, fui a entrenar al otro día, a los quince días hubo un campeonato, me llevaron y quedé enamorada del atletismo”.

 

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Después de dos años de estar en la zona, a los trece años, el Centro de Alto Rendimiento llevó a Caterine a Medellín, “donde tenía mejores escenarios, mejor alimentación, hospedaje, entonces me invitan y tenía que aprovechar ese instante. Empiezo a vivir en una villa deportiva, me quedo en la villa, cumplí mis quince años y de ahí para delante empezó otra historia”.

 

Finalmente, resaltó su manera de ser amable y risueña, explicando que su sonrisa “sale del alma, del corazón”: “Así soy, soy supremamente cansona, y soy una sola persona dentro y fuera de la pista, mi sonrisa va del alma para todo el mundo”, apuntó Caterine.

 

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Escuche en el audio adjunto la entrevista completa de Caterine Ibargüen en Blanco y Negro.

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