hace tiempo se veía venir la muerte de su ser querido, que ya estaban todos preparados y que en sus últimos días no se le entendía lo que decía.
Tulio Cesar Bernal, amigo y exasesor de Víctor Carranza aseguró que gozaba de una buena amistad con él y que le recomendó continuar con el proceso de paz que ellos tenían en Boyacá.
Unos 17 empresarios de esmeraldas firmaron un acuerdo de paz justamente para evitar el derramamiento de sangre por el poder que dejó a la deriva Víctor Carranza. Monseñor Héctor Gutiérrez Pabón, hombre muy cercano al zar de las esmeraldas, cumplió la función de veedor del pacto y prometió que habrá paz en territorio boyacense.