No más muertes hay que parar el desangre y poner a andar el país
Según Human Rights Watch, hay denuncias creíbles de 46 muertes en las protestas, 13 de ellas relacionadas con las movilizaciones (12 manifestantes y un policía).
Todas las voces en Colombia y en el mundo este fin de semana se expresaron rechazando el ataque contra el presidente Iván Duque, pero de manera simultánea comenzaron a generarse preguntas sobre si hubo o no fallas en el esquema de seguridad presidencial en la avanzada que preparó el viaje del jefe de Estado a la zona del Catatumbo.
En la práctica sigue aumentando el poder de alias “Pablito”, quien ahora se hace llamar Pablo Marín, ahora tercer cabecilla del ELN, uno de los más sanguinarios jefes guerrilleros, responsable entre otros del atentado con carro bomba en la Escuela General Santander en enero de 2019, que mató a 22 policías.
La alcaldesa también les pidió a sectores políticos que incitan a las manifestaciones violentas que paren, con el fin de evitar que los jóvenes sigan siendo “carne de cañón” de radicalismos y víctimas del “abuso policial”.
Hablamos ahora de enfrentamientos políticos que tienen que ver con los focos de tensión y de desórdenes que persisten en las calles de algunas ciudades y también en torno a los efectos del paro en las cifras de contagios de COVID-19.
La polémica se produce en torno a la investigación por presuntas irregularidades en el uso de gastos reservados por parte de integrantes del Ejército, adscritos al Comando Conjunto de Inteligencia y a la Regional de Inteligencia Militar Estratégica.