sus pecados, tiene un lugar al lado del Señor porque “todo aquel que no siga los malos consejos estará con él”.
Corson afirma que “los pecadores no tendrán lugar entre los justos” por lo que dice que las oraciones no se deben limitar a hacer peticiones y se debe cantar al Señor con un corazón agradecido porque día a día hace maravillas en nuestras vidas.