icónicos de su más famosa obra, Cien Años de Soledad.
“Amaneció muerta un jueves santo. La última vez que le habían ayudado a sacar la cuenta de su edad, por los tiempos de la compañía bananera, la había calculado entre los ciento quince y ciento veinte años", escribió Gabo para narrar en su libro la muerte de Iguarán.