Yan Michalevsky, de la Universidad de Stanford, desarrolló una aplicación que usa la variación de consumo de su smartphone que permite conocer por dónde ha estado moviéndose sin necesidad de que la localización esté activa.
Michalevsky basó su investigación en el hecho de que según la distancia a la que el terminal se encuentre de una estación base de telefonía, así consume energía.
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Su punto de partida sirvió para construir una aplicación, pero alerta de que la misma idea podría ser usada por software con no buenas intenciones.